lunes, 4 de julio de 2011

Apología del hedonismo.

La luna te mira, te observa, te cuida, te mima y siento celos, pero la invito a bailar y la noche se derrite bajo tus labios, arde como un domingo de verano.

Sus ojos me sirven de coartada, la tumbo sobre mi cama, la única que conoce tu lado más oscuro, preso de mi conciencia me engañaré lo que haga falta, si quieres no me creas, no me leas, no me veas.

Aprendiz insumiso de la razón, guerra continua entre la entrepierna y el corazón, apetito insaciable. Pasión y sinceridad hacen que el remordimiento se exilie.

Aprender a crecer sin espejo retrovisor, el tiempo hará ceniza esta realidad.

Solo quiero que el Sol se ponga y el vinilo empiece a sonar.

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