martes, 31 de julio de 2012

La oscuridad de mi cueva me ampara, me da cobijo,
me calma. Una calma que anhela paz y no la encuentra;
un encuentro que busca ser correspondido.
Una correspondencia marchita.

domingo, 29 de julio de 2012

Sueño.
Sueño que floto sobre la superficie de mi propia vida, viéndola pasar, observándola.
Soy un intruso que mira.

jueves, 26 de julio de 2012

K

Suena el cerrojo, la puerta se abre. Es el sacerdote que viene a confesarme.
Gracias Padre, pero ya lo he aclarado con el Altísimo -le dije-. Como quieras hijo mío- contestó con cierta decepción-. Volví a sumirme en la sombra.
Pam Pam Pam!!! Arriba muchacho -dijo el alguacil- es tu última cena. Chuletón con guarnición de patatas asadas y una buena cerveza para refrescarte el gaznate.

Es curioso como intentan de alguna manera mimarte antes de tu ejecución, la verdad que a estas alturas todo está decidido. Solo queda redimirme y aceptarlo.

Me dejan dormir hasta tarde, el sol ya ha salido y no han venido a despertarme a golpes como de costumbre. Pam Pam Pam!!! Arriba muchacho, ha llegado la hora! -vaya alguacil y yo que pensé que se habían olvidado de mí-.

Me sacan de la celda, afuera me esperan seis soldados bien ataviados con sus mejores galas, me custodian a lo largo del trayecto hasta el centro de la plaza donde espera mi verdugo.
Me sorprendió mucho la serenidad con la que iba marchando pues sabía que estos serían mis últimos pasos por estos suelos de adoquines que tantas penas y alegrías me habían dado a lo largo de mis veintitres años. Subí los peldaños de madera hasta la tarima, olía a moho y carne putrefacta, no me molestó mucho.
El verdugo me miró, me soltó las esposas y giró el cuello señalando donde tenía que colocarme.
Me puse de rodillas, pegado al yunque donde en breves instantes mi cabeza se separaría del resto de mi cuerpo.
El cura se acercó y me preguntó: -¿Últimas palabras?- Lo siento mucho- contesté-. Apoyé mi cabeza en el frío hierro, cerré los ojos y sonreí. Allí estaba, esperándome como una compañera que llevaba tiempo sin verme, la muerte me abrazó y me llevó con ella.


miércoles, 4 de julio de 2012

En algún remoto lugar, el viento mueve las hojas sobre el suelo;
yace la tierra sombría, tenebrosa.
Empuja la noche a la luz,
empuja y adormece esta fatiga.

Variación sobre una variación.

Aquel que oye voces en no se sabe donde,
mientras pasea por un camino al que no sabe como llegó,
hacia una meta que no sabe cual es.