Es un proceso extraño el de dejar marchar el alma,
un ritual abstracto difícil de explicar,
notas como parte de ti se evapora,
hacia el exilio a otro lugar.
Una sensación incómoda que vacío deja,
un consumo inexorable,
lento,
venenoso.
La única opción de reencontrar el alma extraviada,
es moverse,
cada milímetro de esfuerzo
evita el naufragio
y he aquí donde la última en abandonar la balsa,
la balsa de la medusa,
la última en abandonar el ser,
será la esperanza.
Géricault.
MW.
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