miércoles, 14 de diciembre de 2011

MW.

En la gris y fría ciudad

infestada de buitres que se pavonean,

de seres de plástico

encontré una flor,

Tan grande como mi cabeza.

Cuando me dispuse a olerla y tocarla perdí un trozo de oreja

parte de un dedo

un ojo

y gran parte de mi razón.

Regresé al día siguiente dispuesto a cortar aquella maldita cosa

pero la encontré tan hermosa,

tan única,

que me dediqué a regarla y a cuidarla entregándole mi corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario